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Literatura y comunicación
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viernes, julio 15, 2011

Lo mínimo, lo inmenso

______________ Antonio Muñoz Molina

El buen lector es caprichoso, pero también ecuánime. Disfruta mucho algo y a continuación o simultáneamente disfruta igual lo que parece lo contrario. Disfruta el desvarío y el rigor de la ficción y disfruta la sensatez y el caos de los relatos crudos de la vida. Lo que quizás nunca haga un lector verdadero es no disfrutar: habiendo tantos libros buenos, qué pérdida de tiempo resignarse a uno malo o mediocre; habiendo obras maestras tan distintas entre sí, qué sufrimiento inútil empeñarse en remontar alguna que no nos dice nada, o a la que no nos acercamos en el momento adecuado de nuestra vida.

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jueves, abril 08, 2010

Espacios públicos para la lectura

Por Jessica Labrador
Actualmente hay 55 bibliotecas funcionando en los 23 municipios del estado Mérida. Todas brindan los servicios que precisa el Instituto de Bibliotecas e Información del estado Mérida (Ibime) de acuerdo con el espacio que tienen y el contexto al que pertenecen. Las actividades y servicios comunitarios han llegado a un poco más de 6000 niños, pero todavía falta por incorporar a los estudiantes de bachillerato. La siguiente conversación con Iris Arévalo, directora del Ibime, intenta mostrar parte de  las realidades de los espacios públicos con los que contamos en Mérida para la lectura: Las bibliotecas.


Jessica Labrador: Algunas bibliotecas de Mérida han brindado servicios desde hace 2 o 10 años, otras, incluyendo la Biblioteca Pública Central Simón Bolívar, desde hace 20 y 50 años. Considerando esta diversidad, ¿cómo está la infraestructura de las bibliotecas?

Iris Arévalo: En términos generales la infraestructura está bien, aunque con ciertas debilidades por el crecimiento de lectores y libros que agotan los espacios. La sala infantil de las bibliotecas es la que recibe mayor cantidad de usuarios, y por ello es la más degastada por el uso, mientras que hay bibliotecas a las que hemos tenido que hacerles remodelaciones por la cantidad de libros nuevos que recibimos y que son necesarios para el saber.

Algunos espacios de las bibliotecas son comodatos, es decir, son espacios prestados. Propios sólo tenemos siete, como ejemplos, la Biblioteca Andrés Eloy Blanco en el municipio Miranda, la Biblioteca José Vicente Escalante en Bailadores y Julia Ruiz en Tovar.

J.L: ¿Cómo actualizan la base de datos de las bibliotecas?

I.A: En principio contamos con donaciones de distintas instituciones y comercios. Por ejemplo, la Biblioteca Nacional abarca el 65 % de las donaciones, para el resto hemos contado con el apoyo de librerías como Selecta y Ludens, y también con Serbiula, ellos donan bajo la modalidad de responsabilidad social. Editoriales como El Nacional  y el Consejo de Publicaciones de la ULA nos han apoyado con las donaciones y estamos próximos a estrenar un software gestor llamado Librum, con el cual el usuario puede consultar nuestra base de datos desde cualquier lugar del país.

J.L: ¿Qué tipo de libro se consulta  frecuentemente?

I.A: Los libros infantiles son los que mayormente se consultan, pero también se consultan los del área de sociales, literatura, ciencias aplicadas e informática cuando el usuario de cualquier edad y grado de instrucción lo necesita.




J.L: ¿Qué uso se les está dando a las bibliotecas?

IA: Además de la consulta de los libros, las bibliotecas promueven talleres de lectura en sus espacios para los niños de las escuelas, falta por incorporar a los estudiantes de bachillerato. Para la semana del libro tenemos planificado una Feria de la Lectura cuya temática es el Bicentenario y la figura de Tulio Febres Cordero. También se desarrollarán concursos de cuentos dirigidos a los niños de las escuelas para incentivar la creación literaria, y un reconocimiento a las escuelas con mayor años de fundadas que incentiven la lectura, el llamado se realizará aproximadamente el 23 de abril y abarca los 23 municipios del estado Mérida.

Pero hemos atendido a 6000 niños en escuelas y plazas con actividades de cuentacuentos, pinta caritas, cerámicas, artesanía, pintura y plan vacacional. Ello con la ayuda de nuestra principal atracción, nuestra imagen, si se quiere, el Bibliobús, pues también va dirigido a las comunidades que no tienen bibliotecas. Sólo brinda servicio en el municipio Libertador, ya que son 30 años de servicio de la unidad y no hemos podido adquirir una nueva. Con todo, hay instituciones educativas y consejos comunales que piden el servicio con anticipación, y nosotros cumplimos con ello, incluyendo a un personal calificado, que son nuestros promotores culturales.

J.L: ¿Con qué presupuesto cuentan?

I.A: Contamos con la asignación del Gobierno regional y nuestro presupuesto depende de lo que éste reciba, sin embargo, también desarrollamos políticas que generen ingresos propios, por ejemplo, dictamos cursos de asistente de bibliotecas y de catalogación, abajo costos por supuesto, dirigidos a las comunidades y al personal de bibliotecas

JL: ¿Cuál debería ser la importancia de la biblioteca en la sociedad?

I.A: El pilar del conocimiento, pues alberga la historia del mundo. En las bibliotecas está el inicio de lo que se va a escribir, a profundizar y a crear. Motiva el pensamiento crítico, el estilo del hombre para la sociedad.




Imagen: Alicia Martín, (imágenes similares de su intervención "Biografías") disponible en www. weberbooks.com

Imagen 2: Biblioteca Pública Central Simón Bolívar. Foto: Alexander Barrios, Reportero gráfico del Diario de Los Andes

Imagen 3: Bibliobus. Disponoble en Bibliobuses.com

sábado, febrero 13, 2010

El valor cultural de los libros usados

Conversación con Martín Szinetar, propietario de la Librería Nexos
Por Jessica Labrador


Nuestro suplemento literario se complace en presentar hoy una conversación con Martin Szinetar, propietario de la Librería Nexos, sobre el origen de ésta y cómo ve él, el mercado de libros usados en Venezuela.  La Librería Nexos abrió sus puertas en Mérida desde hace ochos años, aproximadamente, en la avenida 3 Independencia, entre calle 30 y 31. Es la segunda librería de libros usados en el área de las humanidades de la ciudad.




Jessica Labrador: ¿Cuál es la historia de Nexos, cómo se formó?


Martin Szinetar:   Se formó por dos profesores jubilados de la Universidad de los Andes, uno de la Facultad de Humanidades y Educación, de la Escuela de Historia, mi persona, y otro de Economía, Rafael Cartay, que ha escrito sobre diversos temas, de gastronomía sobre todo, y soñaron tener una librería de libros usados.


J.L: ¿Recibe todo tipo de libros para la venta o tiene una línea?


M.S: Recibimos libros que encajan con nuestro perfil, en buen estado, de interés para la gente lectora y que sean económicos. Nuestro perfil es humanístico, es decir, libros de historia, arte, literatura, educación, etc.


J.L: A propósito de ser económicos, ¿es proporcional la idea del libro usado a la del libro barato?


M.S: Sí hay proporcionalidad, aunque no en todos los casos. Nosotros les compramos a algunas editoriales libros nuevos, pero éstos tienen que ser saldables, es decir, económicos, para que se puedan vender a un precio menor en comparación con otras librerías. No puedes vender libros caros, pero si, por ejemplo, quieres la primera edición del Quijote, no la vas a conseguir a un precio sumamente económico, por el valor de la obra en la historia de la literatura. Igual, si quieres una primera edición de Borges y que haya sido firmada por él, no la vas a conseguir tan económica. Los libros usados, los libros de segunda mano, digamos, son relativamente económicos, algunos precios dependen de su contenido y su importancia.


J.L: ¿Cómo define y ve el mercado de libros usados, sobre todo en Venezuela?


M.S: El mercado tiene distintos niveles. Cuando te metes a Internet y pones libros usados, en Argentina, sólo en Argentina, la red arroja 140 librerías de libros usados. En Nueva York, en Broadway, está Strand Book, una librería con cuatro millones de libros usados. En Venezuela no hay un mercado definido. En Caracas no pasan de cuatro librerías, La Gran Pulpería, El Buscón, entre otras.



J.L: ¿Qué actividades se hacen constantemente en Venezuela o Mérida para la promoción de los libros usados?


M.S: La Feria del libro usado organizada por Roberto Chacón, cuya primera Edición fue el año pasado en la Facultad de Humanidades y Educación (Mérida) y la segunda viene en Abril. La FILU también le ha abierto un espacio, en la edición pasada hubo dos stands de libros usados. 


J.L: ¿Qué tipo de relación hay entre las librerías y las bibliotecas, en este caso Nexos?
M.S: No creo que haya una relación como tal. En el caso de Nexos vendimos en dos oportunidades a una biblioteca pública de la ciudad, es decir, que la relación fue comercial.

J.L: ¿Qué opina de la actividad editorial de la Biblioteca Ayacucho y El Perro y la Rana, por ejemplo?
M.S: No tengo información al respecto, no la tengo clara. He comprado buenos títulos a muy buen precio, dos bolívares, creo, pero no sé si eso sea rentable.  El Estado asume todo el costo de producción y los vende a un precio bastante económico, y no está mal.

J.L: ¿De dónde vienen los libros usados?
M.S: De personas que quieren desprenderse de su biblioteca, personas jubiladas, sobre todo, que no saben qué hacer con sus libros y quieren venderlos.
J.L: ¿Qué autores y libros recomendaría?
M.S: Recomendaría Sigmund Freud y su obra Interpretación de los sueños, y autores       que me gustan, Alberto Moravia, y de su obra, Los Indiferentes (1929) y La Romana (1947). Pero hay que tomar en cuenta que la oferta del libro es vasta, y cada quien la combina a su manera, y cuando esa combinación no coinciden entre los lectores, las personas, difícilmente hay comunicación. 


Fotos: Rosa María Salih/ Reportera Gráfica del Diario de los Andes