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Literatura y comunicación

jueves, febrero 25, 2010

Los cien mil amaneceres de Douglas Uzcátegui


Douglas Uzcátegui nació en Santo Domingo, Mérida, y varias pasiones evidentes tiene en su vida: la cocina, la poesía y el ensayo. La primera en su restaurant 150 pizzas, mientras que las otras dos en sus libros Extraña poesía (1996), Historia de un momento y otros poemas de Abril (1998), Selvanías (1999), Entre el cielo y la tierra (2000), Raigambre. Luz de hojas (2009), entre otros. Los tres han sido espacios de encuentros propicios para conocer y poder proyectar hoy desde “El Club de la Serpiente”, parte de su obra Selvanías y Raigambre, donde su poética se sustenta en el infinito y la naturaleza.




Sin Apoyos
(Selvanías)
Hogar, eres tan pequeño como el jardín que había plantado
en la montaña;
un confidente abierto a las planicies del cielo
donde las gacelas espantan al descuido abigarrado
en el asombro.


Más allá de tus puertas el silencio juega a detener
las murmuraciones del arroyo,
y la luz recogida durante milenios
bajo las piedras del desierto,
entre las otras de la espesura,
tras las cortinas de la niebla,
se arremolina y fluye hasta las venas del envés
salta y se agarra a las puntas de la hierba
danza en cada prima encendido por la tibieza
dentro de la escarcha.


Vienen en camino cien mil amaneceres
y mientras avanzo hacia su encuentro
me sumerjo en la inmensa boca que se abre desde el este,
discurro por la garganta del valle
y caigo rápidamente en el estómago del mediodía.


Soy el bocado de un Dios que se alimenta de sueños,
que corre al borde de la vida
para ocultarse entre la gente


y cuando la marea baja me descubre durmiendo
tratando de aprender a soñar bajo la fugaz seguridad
para poder también alimentarse solamente de sueños.






Andariego
(Raigambre)


Caminé durante siglos
por todos los caminos cerrados de vegetación
y aguas desbocadas.


Caminé dormido
y mientras pisaba el espejo limpio de polvo y hierbas
sentí que el espíritu del valle destejía mi piel
para confeccionarle suelo a las estrellas.


Qué vi entonces que no cupiese en el cuerpo
que con tus recuerdos se hizo para la imaginación.


Levanté piedras en busca de palabras
y hallé peces huidizos larvas cristalinas
algas escondidas.


Llueve escampa moja seca camina
se borra lo que sirve y lo que no
al dar la vuelta trastornando el pasado
que es el mismo futuro al revés
reencontrándome lejos otrora cerca de alguien
sin saber qué decir
con el paraguas de las emociones abierto dentro y fuera
donde más resulta incómodo entrar…


Me aguardas Amor como escondido tras la puerta
me sorprendes en el acto
para menearme el corazón como a un trío de maracas
y ponérmelas luego…
para que griten de placer en mi garganta.


Grita en nombre del silencio que habita
detona la música que chispea en el barbullar de un ave
toma la regalada primavera por sus hojas
por sus ramales tostados
por las chispas de las sombras sobre los montes
en los oquedales.


Veo que fue allí donde aprendí a caminar durante siglos
donde he caminado incluso dormido
visitando parajes que son campos de libertad
espacios en los que se aprende a jugar con el olvido.


¿Qué he encontrado?
almas como peces en busca de palabras
historias soleadas descendiendo como ríos por las montañas
ojos desposeídos vueltos cataratas
soles durante la noche luna por la mañana.


Habla que vuela
se olvida de rimar
por los caminos que otros han llenado de flores
rehaciendo sendas despepitando roles
cuesta arriba camina corre vuela descuelga
se impresiona se absorbe con la niebla
entra en la fuerza que le saca que le espeja
sale otra vez para ver el amanecer afuera.



Imágenes: Douglas Uzcátegui

lunes, febrero 22, 2010

La realidad circundante

Daniel Arella (Caracas, 1988). Poeta y narrador. Estudiante de Letras mención Literatura Hispanoamericana y Venezolana de la Universidad de Los Andes. Fundador del grupo de reflexión poética Arovertiente y editor de la ya desaparecida revista de literatura contemporánea “Excé, excé, excé”. Ha publicado poemas, manifiestos, cuentos y artículos en revistas y periódicos regionales. Dirigió una columna sobre poesía venezolana en el Diario Frontera llamada “Columna de humo”. Dirigió el programa de radio El tufo del bardo (Ecos 93.9 FM), dedicado a la literatura, la antipsiquiatría y el jazz.  En el 2008 recibió la 1era mención del Premio DAES de literatura en la modalidad cuento. Ese mismo año publicó su primer texto poético, una plaquette intitulada El museo de los abortos.  Un año después resultó ganador del Premio DAES de literatura en la modalidad cuento. Poemas suyos se encuentran incluidos en algunas antologías, como en la antología del 5to y 6to Festival Mundial de Poesía, Deleite literario III (2007)de autores jóvenes venezolanos, y  Doce orugas en el viento: Antología de la novísima poesía merideña (2007).

Actualmente tiene un poemario en imprenta titulado Transparencial, y a partir de la presente fecha colaborará en nuestro suplemento literario con su columna “La realidad circundante”, inspirada en un cuento de La tiendas de muñecos de Julio Garmendia, donde se apreciará la creación literaria de Arella y temas de ciencia-ficción venezolana y latinoamericana. “El mueble” es un cuento de su autoría.






El mueble
Imaginé este corto cinematográfico mudo: Un hombre como de 30 de edad, rostro inexpresivo casi cadavérico se encuentra en una habitación pequeña, viste un flus elegante, negro. La habitación sólo está habitada por una cama y una silla. Las paredes son de un color ocre pálido, el color del suelo es oscuro. La cama está revestida por un cubrecama viejo y amarillento (La cama es sencilla, de hierro como las de la cárcel). La silla, en dirección diagonal a la cama, se encuentra ubicada en el otro extremo de la habitación (la silla es muy sencilla, de madera, una silla tradicional). El hombre está sentado sobre la cama, recostado sobre su espaldar, mantiene un semblante inexpresivo y ausente. (Las causas del porqué se encuentra en esa habitación son desconocidas, y poco importan). El hombre se levanta de la cama y camina directo a la silla, donde se sienta. Desde la silla mira en dirección hacia la cama. Se pone de pie, arrastra la silla dos metros. Se levanta otra vez, la arrastra aún más, esta vez tres metros, acortando la distancia entre la silla y la cama. Llega un punto en que junta a la silla y a la cama para que conversen; las reune. Él se sienta en el piso y recostando el codo derecho sobre la cama, escucha la conversación sonriendo, con cara de niño, como un nieto que escucha fascinado una conversación entre sus abuelos sobre fantasmas y guerras. La atención del hombre a la conversación entre la silla y la mesa es impecable, no se quiere perder de nada, concentrado en cada detalle sonríe, exclama, se mueve, se pone serio, en una de esas le da una palmada cariñosa al espaldar de la silla, como si fuera la espalda de un hombre. Se queda dormido con la cabeza recostada sobre el filo de la cama. Pasados los 15 minutos se despierta. Agarra la silla y la acuesta sobre la cama, la arropa, las patas de la silla sobresalen de la sábana, las cubre; él sonríe. El hombre se dirige hacia el lugar donde se encontraba la silla en un principio, y contorsiona su cuerpo como si se sentara sobre una silla invisible. El hombre apenas respira. Alguien entra, verifica que todo está en orden dentro del cuarto, satisfecho apaga la luz y cierra la puerta muy despacio, cuidadoso de no despertar a nadie.  




 
Imágenes

Imagen 01 "Sillas Apiladas", 1998. Disponible en www.serrizomatico.blogia.com
Imagen 02 "Explosión de las sillas verdes", Oaxaca, México, 1991/ www.cartagena.es

viernes, febrero 19, 2010

XVII PREMIO DE NARRACIÓN BREVE JULIO CORTÁZAR

El Centro Nacional del Libro, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se complace en informarles a las escritoras y escritores venezolanos y extranjeros residentes en el país, que ya está abierta la convocatoria para el XVII Premio de Narración Breve Julio Cortázar. Este premio está patrocinado por la Fundación CAJAMURCIA y la Cátedra de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Murcia.



Se regirá por las siguientes


BASES


- Primera: El Premio Julio Cortázar de Cuento está dotado con 1.800 euros para el ganador, como premio único.


- Segunda: Podrán presentarse al Premio todos los autores que lo deseen con un cuento escrito en la lengua castellana, que deberá tener una extensión entre 5 y 15 folios, mecanografiados a doble espacio por una sola cara y que deberá ser original, inédito y no premiado en ningún otro certamen.


- Tercera: El autor elegirá libremente el tema y su correspondiente tratamiento formal.


- Cuarta: Cada autor deberá presentar original y cuatro copias del texto, todas ellas perfectamente legibles.


- Quinta: Ninguna obra irá firmada con el nombre del autor o pseudónimo notorio que lo identifique. La presentación se hará bajo lema o pseudónimo escrito en su cabecera, que se repetirá bajo plica en sobre aparte cerrado. En dicha plica se harán constar los datos personales del autor, incluyendo dirección y teléfono, así como un breve historial literario.


- Sexta: Las obras, en las condiciones anteriormente establecidas, podrán entregarse o enviarse por correo certificado a:


Cátedra de Literatura Hispanoamericana,


Universidad de Murcia


C/. Santo Cristo, s/n 30001 - MURCIA


O bien:


Fundación Cajamurcia


Santa Clara, 1


30008 - MURCIA


- Séptima: La fecha límite de recepción de originales será el 30 de octubre de 2010, aceptándose como fecha la consignada en el matasellos.


- Octava: El Jurado estará compuesto por especialistas y personalidades del mundo literario y su composición no se hará pública hasta después del fallo.


- Novena: El fallo del Jurado será inapelable y se dará a conocer en Murcia, en solemne acto público, el día 25 de febrero del año 2011.


- Décima: Una vez fallado el Premio, los originales no premiados podrán ser retirados por sus autores o persona autorizada, hasta 30 días después. Los originales no retirados serán destruidos transcurrido dicho plazo.


- Undécima: Las obras premiadas, así como las posibles recomendadas por el jurado, podrán ser publicadas por la entidad convocante, respetando, en todo caso, los derechos de autor. En todas sus posibles ediciones deberá constar el Premio obtenido.


- Duodécima: La participación en el Premio implica la aceptación total de estas bases.