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Literatura y comunicación

viernes, abril 08, 2011

Los Godos

_______________________ Por Ramón Elás Pérez
Los godos de la “muy noble y leal” ciudad de Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo, no eran más que hijos de colonos españoles con aires de aristócratas, llenos de prejuicios, que –no lo digo yo, lo dice la historia- apoyaban la monarquía en vez de la causa independentista entre los siglos XVIII y XIX. Hijos de funcionarios, sacerdotes y militares, que al mismo tiempo eran comerciantes y dueños de hatos, prosperaron en una tierra alejada de la “capital” y cerca del contrabando que practicaban, argucias de por medio, con los holandeses y otros agentes de las islas del Caribe. Vale decir que por un lado defendían los derechos del rey, continuar bajo su égida protectora, y por otro lado se burlaban de las autoridades reales. No pagar impuestos o evadirlos es una práctica muy antigua. Cuando se declara la independencia de Venezuela, las provincias de Maracaibo, Coro y Guayana permanecen fieles y acuden a la Cortes Generales y Extraordinarias de la Monarquía Española para satisfacer y ratificar cuantas veces sea necesario el juramento de fidelidad y obediencia que tienen prestado al rey Fernando VII. Más o menos así escribieron en los documentos de la época y es que la historia está allí para ser leída e interpretada; podríamos justificar el regionalismo argumentando que fue producto del aislamiento por razones geográficas con respecto al resto del país. De hecho el voseo se explica por esta especie de endogamia cultural que denigraba de los que habitaban el centro del “país”. La xenofobia se cultiva en el aislamiento y produce una serie de comportamientos que con el maceramiento que produce el tiempo se convierten en costumbres. ¡Cántame una gaita hermano! Esto podría darnos LUZ acerca de ciertas realidades -resultados- electorales de la actualidad, por qué el morrocoy no sube palo ni que le pongan horquetas. Los godos de las provincias se parecen todos, aficionados a los doce apellidos y a un linaje de culos negros, desprecian a los mestizos y a los indígenas quienes conforman la mano de obra. El trabajo manual es para la plebe y en eso se les va la vida cultivando el ocio y los oficios propios de la clase. Los ricos dueños de haciendas tenían sus esclavos y toda casa de gente de bien se preciaba de tener sus negras (negros) para el servicio interno. No lo digo yo, lo dice la historia. Desde aquellos años no tan remotos vienen los deseos de esta “provincia” de independizarse del resto del país, de hecho así lo fue en un momento cuando fue nombrada “la muy noble y leal” y con autorización expresa de poder añadir estas palabras a su blasón que contenía dos columnas y un navío en el centro. Estos deseos de “independencia” del Zulia continuaron a todo lo largo de nuestras luchas intestinas y hasta el sol de hoy se escuchan voces aventureras -y agoreras- que así lo propalan, sólo que ahora los intereses son otros y muy peligrosos para la soberanía nacional. Creo que ha llegado el momento de revisar y cambiar una serie de símbolos que no tienen nada que ver con la república y mucho menos con los nuevos tiempos; no lo decimos por un afán reformista y mucho menos por la nueva coyuntura -proceso- política que mueve los cimientos del país, lo decimos por sencilla razón de lógica, de ética como diría el recordado profesor de filosofía Américo Goyo Chávez. El país es uno y debemos decir que cualquier aventura separatista -eso viene y los godos de ahora se están preparando- es simplemente una traición a la patria, una vulgar patraña para entregarle el petróleo a las transnacionales. Los gringos siempre andan sedientos de aceite y materias primas, sobrinas, tías, hermanas y son especialistas en dividir, en separar. ¿Vos qué creéis o qué creéis vos?

1 comentario:

  1. Interesante tema... Y los Godos de Mérida? ¿Hay algún escrito que nos remita a tál pregunta?

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